Tratar a la gente bien te llevará mucho más lejos en la vida que el atletismo. Trabaja duro, pero trabaja duro para hacer a alguien sonreír.
Nunca pierdas la oportunidad de tratar bien a alguien.
Qué desagradable resulta caerle bien a la gente que te cae mal.
Si te vieres rodeado de mucha gente ignorante, no te envanezcas por lo que sabes, más bien mira a los que te superan en conocimientos y verás que aún no eres lo que te imaginas ser; y estas por debajo de muchos.
Las armas tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida.
"No me caigo bien a mí mismo", dijo alguien para explicar su propensión a la sociedad. "El estómago de la sociedad es más sólido que el mío, me aguanta".
A bien obrar bien pagar.
A fuerza de construir bien, se llega a buen arquitecto.
A la gente las ideas le parecen aburridas porque no distinguen entre las ideas vivas y las que están amontonadas en un estante.
A la modestia le sienta bien un grupo social selecto y cerrado. Ya en un grupo más numeroso el inmodesto se lleva siempre la palma...
A las mujeres les está bien llorar, a los hombres recordar.
A las palabras de amor les sienta bien un poquito de exageración.
A los niños se hace mucho bien tratándolos siempre con amabilidad. Hay que amarlos y estimarlos a todos por igual, aunque alguna que otra vez no lo merezcan.
A los quince, los que quise; a los veinte, con el que diga la gente; a los treinta, el primero que se presenta.
A mi juicio, el mejor gobierno es el que deja a la gente más tiempo en paz.
A ninguna mente bien organizada le falta sentido del humor.
A pesar de las amenazas de muerte, no voy a aceptar la tiranía, sino más bien luchar en contra de ella.
A quienes me preguntan la razón de mis viajes les contesto que sé bien de qué huyo pero ignoro lo que busco.
A través de la vida la gente te hará enfadar, te faltará el respeto y te tratará mal. Deja a dios que haga las cosas que tenga que hacer, porque el odio en tu corazón te consumirá también a ti.
A veces creo que el mal es todo y que el bien es sólo un bello deseo del mal.
Acá hay tres clases de gente: la que se mata trabajando, las que deberían trabajar y las que tendrían que matarse.
Aceptar nuestra vulnerabilidad en lugar de tratar de ocultarla es la mejor manera de adaptarse a la realidad.
Acostumbramos a cometer nuestras peores debilidades y flaquezas a causa de la gente que más despreciamos.
Admiro a la gente que admira, porque está despierta.
Ahora bien, lo que han establecido los hombres no siempre es apropiado, ya sea justo o injusto; en cambio, lo que establecieron los dioses está siempre en su lugar, sea justo o injusto.