Admiro la belleza del mundo… la alegría profunda de las cosas, y el profundo dolor…
Alegría, estudio y piedad: es el mejor programa para hacerte feliz y que más beneficiará tu alma.
Amo en las gentes lo que hay de inconsciente, de alegría, de asombro, de incierta espera.
Con frecuencia una alegría improvisada vale más que una tristeza cuya causa es verdadera.
Cuando saltes de alegría, cuida de que nadie te quite la tierra debajo de los pies.
Cuando sonríe toda la gracia está en su boca y la alegría como una fiesta entre sus ojos.
Debe haber algo extrañamente sagrado en la sal: está en nuestras lágrimas y en el mar.