No es filósofo quien teniendo una filosofía en la cabeza no la tiene además en el corazón.
No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos.
No quiero pensar porque no quiero que el dolor del corazón se una al dolor del pensamiento.
Nuestra conducta es la única prueba de la sinceridad de nuestro corazón.
Podéis arrancar al hombre de su país, pero no podéis arrancar el país del corazón del hombre.